Libertad

No se puede dejar de amar. Simplemente no se puede. Se puede, eso sí, dejar de causar dolor. Se puede intentar sonreir con el corazón roto, se puede empezar a prestar atención al mundo circundante: ver flores, aprender sobre edificios, saborear la comida, caminar descalza solo para que tu piel aprecie las texturas del mundo. También se puede ser libre, porque habemos personas que no sabemos serlo y nos cuesta soltar. Entonces nos toca un largo proceso para entender, para aprender y luego equivocarnos otra vez. No hay derrotas en este aprendizaje, pero hay muchos logros. Hoy te subes a un minibus sin saber bien a dónde quieres llegar, mañana besas a un extraño sin esperar que pase nada más, pasado viajas sin avisar a nadie y poco a poco vas dando pasos para alejarte de tu "yo" encarcelada en convenciones. Y así un día cualquiera, despiertas sabiendo que eres libre. Ese día sonríes sin tristezas, medio se te cura el corazón y medio debes prepararte para que vuelvan a lastimarlo...y así, volver a empezar.