Chenkos

Lo único malo de querer como quiero es que cuando llegan las despedidas se me hacen nuditos en el corazón y luego todo se hace un chenko. No me molesta el hecho del chenko en sí, sino la razón del chenko. Entonces se me complica un poco sonreir, medio me pongo nostálgica, medio escucho canciones tristes para sentirme mejor y medio empiezo las cuentas regresivas para las bienvenidas. Mientras tanto el chenko se enreda porque hay muchos nuditos, muchos....entonces entre un nudito y otro las penas se hacen más grandes y cuando eso pasa el chenko pesa más. Nada poético es llevar a cuestas un chenko tan cargado de despedidas. Así que cuando llegan las bienvenidas, corriendo y más que deprisa le intento desanudar a la tristeza, a veces toma un poco más de tiempo pero tanto me gustan las bienvenidas que no importa. Así que sean buenitos y cuando se vayan, vuelvan rápido que, como ya les expliqué, complicado es llevar a cuesta un chenko de tristezas.

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