Cada vez, un poco más

No recuerdo la primera vez que te vi...recuerdo la primera vez en que me quedé mirándote. Recuerdo la primera vez que te odié e incluso recuerdo cómo me sentía cuando finalmente acepté que te amaba, cuando fue obvio que estábamos jodidos. A cada paso que doy sin tu mano sosteniendo mi mano, te recuerdo. Tu estás en todo: inevitablemente. A veces salgo a caminar y comienzo a hablarte, te mando mi amor, a través del viento y la lluvia, pidiendo solamente que estés bien. A veces despierto muy temprano y giro un poco la cabeza: esperando encontrarte, como siempre. Cada día aprendo un poco más de mí, ahora sé que incluso puedo llegar a ser paciente. Perderte ha significado perderme para volver a encontrarme. Vivir lejos, como lo he dicho antes, es cada vez menos difícil. A veces no me contengo y ya ves, te escribo para saber cómo estás, para saber cómo está tu vida...pero otras veces escribo imaginariamente cosas que tal vez no sean urgentes, pero eran algo nuestro. Los adelantos de una serie...con quién discutí últimamente, con quién hablé, cómo me fue, qué canción escuché y cómo lloré por ti, por mi, por nosotros. Encontré una nueva sensación, viendo el fútbol, como sabiendo que también tú lo estás viendo o escuchando...y que de algún extraño modo, estamos juntos otra vez... Cada día respiro un poco más, intento calmarme y otra vez te mando mi amor. Cada día me sirve para entender que puedo vivir sin ti, pero esa no es la forma en la que quiero vivir. Eso también va quedando claro, cada vez, un poco más.

Comentarios

Entradas populares