me da igual

Miro la pantalla y me descubro en medio de las mismas incertidumbres que hace unos años había "superado". Sal, en su mundo lo salado es perfecto...en mi mundo lo dulce era perfecto, antes de nosotros, antes de los daños a quemarropa. Ahora nada es perfecto; porque lo odiaría, antes habría dicho; lo odiaríamos.
Hace casi cuatro meses que no me siento a escribir, que no intento dibujar y que he olvidado como bailar. En cuatro meses he limitado mi vida a dos cosas, una no sirve de nada y la otra pronto va a terminar... y, por el extraño tinte gris, las cosas no van a mejorar.
En la nada, todavía en el cómodo lugar de la incertidumbre, sólo están los sonidos de tus pasos. Los sonidos de las copas y una que otra canción detestable. Pero- y esto es lo que me enloquece- todo tiene ese molesto zumbido; la idea del refrigerador vacío...la culpa, el no saber qué hacer, el no saber querer...todo se resume en ese patético zumbido.
Tantos años y aún sigo taladrando lo que escribo con esos fantasmas que -creía- estaban lejos. No, nunca dejé de ser yo, nunca dejé la posibilidad del escape, del miedo, de la soledad, de nada...nada ha cambiado y a la vez todo lo hizo.
Mierda, si pudiera... me gustaría...acabar con el zumbido, pero soy tan cobarde...

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