Mariposas desvencijadas

La lluvía golpea la ventana, todo sucede intempestivamente, las palabras se vuelven innecesarias y las miro. Ya he comprendido que no me pertenecen, que se evaporan, que nunca vuelven a ser lo que eran.
De qué sirve que hablemos?, de qué sirvió querernos, ya no soy un quién en tu vida...tantos años por ahí sentados esperando a que los recordemos y nosotras mirándolas tan calmadas, no nos van, las despedidas son una basura...es preferible alejarse; sin más daños, sin más palabras hirietes porque tampoco nos pertenecen.

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