Hoy descubrí que un duende vive en mi toilett (parte I)
Hoy descubrí que un duende vive en mi toilett y no digo toilett por presuntuosa, sino que simplemente decirlo de otra manera sonaría raro.
Debo admitir que ya sospechaba algo, era lógico, después de todo, ¿quién no tiene un duende en casa?, con lo útiles que pueden ser. No, no me malentiendan no quiero fundar una compañía esclavizadora de duendes para el “mejor mantenimiento del hogar”, sólo reconozco su eficiencia.
Y bueno, después de todo él quiso vivir ahí; todo apachurradito y empapado, con las largas barbas atorándose cada dos por tres en algún complejo sistema interno del toilett.
Ahhh ya me dio pena; pobrecito, supongo que no estará demás invitarle una tacita de leche con galletitas de chocolate, aunque ahora que lo pienso, ¿a los duendes les gustará la leche y el chocolate y si más bien cometo un grave agravio a sus costumbres?, nunca me perdonaría actuar con tan poca urbanidad, mejor voy a preguntarle.
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No, no le gusta la leche y aborrece el chocolate, ya no me da tanta pena. Dice que prefiere algo amargo, que contrariedad, yo que pensé que los duendes tenían gustos dulcistícos, asociados a su vida publicitaria en las cajas de chocolates y galletitas, pero al parecer todo se trata de un fraude, ¡que lamentable!, no tengo nada amargo en la despensa -que es donde usualmente coloco las cosas amargas y saladas- no, no ya sé puedo ofrecerle un café bien cargado; seguro lo agradecerá…sí claro, claro que lo agradecerá.
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No lo agradeció, el café no le gusta a menos que este preparado con granos naturales, “eso artificial” con lo que supuestamente trato de envenenarlo, sólo logró que sus arrugas se pronunciaran más, encima el “brebaje”estaba demasiado caliente…ayyy el lío que me hizo, precisamente por eso ya no intentaré estrechar la relación, es prácticamente imposible agradarle y no tengo tanto tiempo como para desperdiciarlo tratando de alegrar a un pequeño duende que decidió vivir en mi toilett, bueno, sí, si tengo tiempo extra….pero ya no quiero…bueno una última vez y ya….
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La tercera es la vencida!, ahora sé que le gustan las nueces y las almendras, gusto que por supuesto comparto, lo que propició nuestra primera conversación…claro está que por normas sociales no puedo develar lo que me dijo, eso sería chisme vulgar y corriente, pero… si puedo ofrecer un breve resumen.... digo; para un mejor entendimiento, o sea chisme fino:
Al parecer, el duende tiene –o tenía- problemas con su señora…lo que vino a ser toda una novedad - yo no sabía que los duendes tienen duendas, pero supongo que es natural-
En fin, estos problemas hicieron que él decidiera tomar unos milenios sabáticos y ya que el plazo para regresar se está acercando, decidió buscar un trabajo para poder contarle a su esposa que sí se dedicó a algo útil, lo que es una gran mentira, una enooooorme mentira, sólo que yo no puedo juzgarlo, después de todo, trabaja en mi toilett…
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Ah!, pero que desconsiderada, todavía no explico cómo trabaja y cómo eligió precisamente mi toilett para encubrir sus andanzas…y, de hecho, todavía no lo haré, primero hay que explicar algo: mi toilett es un lugar acogedor y decorado exclusivamente para recibir visitas, no hay nada en él que sea impropio,,,,absolutamente nada,,,,por eso casi nunca lo usamos, lo abrimos para grandes eventos y formalidades familiares, fuera de estas ocasiones sólo nos acercamos de vez en cuando para ver su inmaculada belleza… tan blanco y ordenado… por eso no me sorprendió que el duende decidiera vivir en él.
A propósito el duende tiene un nombre impronunciable y menos aún escribible así que sólo será duende, hablando de él, últimamente se le ocurrió salir a visitarnos todas los días a la hora del té, sus visitas duran –aproximadamente- el número de nueces y almendras multiplicado por 25 minutos con 6 segundos, justo el tiempo adecuado para comerlas con la propiedad de un ser de su estatura, me encanta su des-formalidad, es tan exótico!.
Aclarando la naturaleza de mi toilett puedo contar como es que, caminando por la ciudad, duende entró a mi casa huyendo de unos chihuahuas (los hijos de mi vecina) y al pasear por toda la casa concluyó que era un lugar apropiado para “A-sentarse” como él dice, aunque nunca lo vi muy a-sentado que digamos, entonces, encontró una función interesante jalando una pequeña palanquita que permite que el agua del toilett fluya normalmente, debo hacer notar que ya existía un pequeño aparatito para llevar a cabo esa acción, pero él se encargó de destruirlo. Así empezó a trabajar…es decir, a descansar, porque como ya dije antes no es usual que usemos ese toilett.
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Con el paso de los días me doy cuenta que duende empezó a hacer más hogareño su hogar provisional y llenó la tina de tulipanes, colocó algunas plantitas y temo que pronto se levantará un bosque en medio de mi inmaculado lavamanos.
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Debo admitir que ya sospechaba algo, era lógico, después de todo, ¿quién no tiene un duende en casa?, con lo útiles que pueden ser. No, no me malentiendan no quiero fundar una compañía esclavizadora de duendes para el “mejor mantenimiento del hogar”, sólo reconozco su eficiencia.
Y bueno, después de todo él quiso vivir ahí; todo apachurradito y empapado, con las largas barbas atorándose cada dos por tres en algún complejo sistema interno del toilett.
Ahhh ya me dio pena; pobrecito, supongo que no estará demás invitarle una tacita de leche con galletitas de chocolate, aunque ahora que lo pienso, ¿a los duendes les gustará la leche y el chocolate y si más bien cometo un grave agravio a sus costumbres?, nunca me perdonaría actuar con tan poca urbanidad, mejor voy a preguntarle.
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No, no le gusta la leche y aborrece el chocolate, ya no me da tanta pena. Dice que prefiere algo amargo, que contrariedad, yo que pensé que los duendes tenían gustos dulcistícos, asociados a su vida publicitaria en las cajas de chocolates y galletitas, pero al parecer todo se trata de un fraude, ¡que lamentable!, no tengo nada amargo en la despensa -que es donde usualmente coloco las cosas amargas y saladas- no, no ya sé puedo ofrecerle un café bien cargado; seguro lo agradecerá…sí claro, claro que lo agradecerá.
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No lo agradeció, el café no le gusta a menos que este preparado con granos naturales, “eso artificial” con lo que supuestamente trato de envenenarlo, sólo logró que sus arrugas se pronunciaran más, encima el “brebaje”estaba demasiado caliente…ayyy el lío que me hizo, precisamente por eso ya no intentaré estrechar la relación, es prácticamente imposible agradarle y no tengo tanto tiempo como para desperdiciarlo tratando de alegrar a un pequeño duende que decidió vivir en mi toilett, bueno, sí, si tengo tiempo extra….pero ya no quiero…bueno una última vez y ya….
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La tercera es la vencida!, ahora sé que le gustan las nueces y las almendras, gusto que por supuesto comparto, lo que propició nuestra primera conversación…claro está que por normas sociales no puedo develar lo que me dijo, eso sería chisme vulgar y corriente, pero… si puedo ofrecer un breve resumen.... digo; para un mejor entendimiento, o sea chisme fino:
Al parecer, el duende tiene –o tenía- problemas con su señora…lo que vino a ser toda una novedad - yo no sabía que los duendes tienen duendas, pero supongo que es natural-
En fin, estos problemas hicieron que él decidiera tomar unos milenios sabáticos y ya que el plazo para regresar se está acercando, decidió buscar un trabajo para poder contarle a su esposa que sí se dedicó a algo útil, lo que es una gran mentira, una enooooorme mentira, sólo que yo no puedo juzgarlo, después de todo, trabaja en mi toilett…
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Ah!, pero que desconsiderada, todavía no explico cómo trabaja y cómo eligió precisamente mi toilett para encubrir sus andanzas…y, de hecho, todavía no lo haré, primero hay que explicar algo: mi toilett es un lugar acogedor y decorado exclusivamente para recibir visitas, no hay nada en él que sea impropio,,,,absolutamente nada,,,,por eso casi nunca lo usamos, lo abrimos para grandes eventos y formalidades familiares, fuera de estas ocasiones sólo nos acercamos de vez en cuando para ver su inmaculada belleza… tan blanco y ordenado… por eso no me sorprendió que el duende decidiera vivir en él.
A propósito el duende tiene un nombre impronunciable y menos aún escribible así que sólo será duende, hablando de él, últimamente se le ocurrió salir a visitarnos todas los días a la hora del té, sus visitas duran –aproximadamente- el número de nueces y almendras multiplicado por 25 minutos con 6 segundos, justo el tiempo adecuado para comerlas con la propiedad de un ser de su estatura, me encanta su des-formalidad, es tan exótico!.
Aclarando la naturaleza de mi toilett puedo contar como es que, caminando por la ciudad, duende entró a mi casa huyendo de unos chihuahuas (los hijos de mi vecina) y al pasear por toda la casa concluyó que era un lugar apropiado para “A-sentarse” como él dice, aunque nunca lo vi muy a-sentado que digamos, entonces, encontró una función interesante jalando una pequeña palanquita que permite que el agua del toilett fluya normalmente, debo hacer notar que ya existía un pequeño aparatito para llevar a cabo esa acción, pero él se encargó de destruirlo. Así empezó a trabajar…es decir, a descansar, porque como ya dije antes no es usual que usemos ese toilett.
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Con el paso de los días me doy cuenta que duende empezó a hacer más hogareño su hogar provisional y llenó la tina de tulipanes, colocó algunas plantitas y temo que pronto se levantará un bosque en medio de mi inmaculado lavamanos.
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Besote!